Existe una especie de estereotipo donde se asegura que para ser un buen jefe se requiere de diversos requisitos, y uno de los más importantes es ser una persona extrovertida, ya que es la mejor forma de manejar un equipo. Pero una investigación derriba ese mito, asegurando que una persona introvertida y reservada también puede ser un buen líder.
Según un estudio publicado por Harvard Business Review, los líderes extrovertidos tienen muchas ventajas, como tener disposición a ser el centro de atención y no tener inconvenientes para liderar los debates dentro de la organización.
No obstante, en un entorno dinámico e impredecible, los introvertidos suelen ser líderes más efectivos, especialmente cuando los trabajadores son proactivos y ofrecen ideas para mejorar el negocio.
En dicho entorno el líder extrovertido se puede sentir amenazado, mientras que el jefe silencioso tiende a escuchar con mayor atención y muestra mejor recepción hacia las sugerencias de sus empleados, generando una mayor empatía con ellos.
Para probar esta tesis, los investigadores Adam M. Grant, Francesca Gino, y David A. Hofmann analizaron diferentes franquicias relacionadas con la entrega de pizzas a domicilio en Estados Unidos. Se analizó a cada jefe, a los empleados y los métodos de trabajo.
Entre los resultados se determinó que en los lugares donde los trabajadores no son proactivos, hay una fuerte presencia de un líder extrovertido. En cambio, los lugares donde los trabajadores aportaban ideas al negocio, aparecía la figura de un líder más silencioso.
Otro experimento para probar esta idea consistió en reunir a unos 160 estudiantes para trabajar en grupos. Su misión era sencilla: doblar la mayor cantidad de camisetas durante 10 minutos. Cada grupo tenía un líder y para manipular el comportamiento de los participantes se les pidió leer una declaración antes de la actividad.
Algunos leyeron donde se destaca a líderes extrovertidos como John F. Kennedy y Martin Luther King. Otros leyeron declaraciones de líderes más reservados como Gandhi y Abraham Lincoln.
En resumen, el grupo donde se fomentó la proactividad logró un mejor desempeño, con un líder introvertido plegable. En promedio, un 28% más camisetas.
¿Motivos?
Los líderes más reservados escucharon con atención a sus trabajadores, logrando que ellos se sintieran valorados y motivados para trabajar con mayor disposición.
Para tener éxito como líderes, los introvertidos pueden tener que superar un prejuicio cultural fuerte. En una encuesta de 2006, el 65% de los altos ejecutivos de las empresas vio este tema como una barrera para el liderazgo, y otros estudios han demostrado que los presidentes de Estados Unidos más extrovertidos son percibidos como muy eficaces.
Pero los investigadores aseguran que vale la pena volver a examinar ese estereotipo. Si bien es cierto que a menudo los extrovertidos son los mejores jefes y los empleados proactivos son los más trabajadores, la combinación de ambos puede ser una receta para el fracaso.
¿Pensais que los líderes más silenciosos pueden obtener el máximo rendimiento de empleados proactivos?
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